Presentación: Francisco Rincón Ríos
XV Premio Internacional de Narrativa y Poesía Miguel Fernández, mayo de 2009.

Permítanme que esta tarde, colmada de sacras quimeras, de urbanos vergeles y de sinceras efigies, comparta con ustedes una fábula. Era una niña. Y jugaba alrededor de una fuente, con la dicha segura de unos pies descalzos. De pronto, sobre la hierba se esconde un camino, y el camino se oculta bajo un puente, y el puente se encubre ante una puerta, y la puerta es un guardián que retuerce sus cerrojos. Entre ansia y asombro sólo puede preguntarse qué sortilegios, qué alhajas podrá desvelar o qué nigromante cobija inesperados arcanos. Pero no hay acertijos. No hay combate, si desnudarse es morir, si no sabemos cuándo una mano cóncava da o pide. Si la oquedad vigila o si el hueco acecha. Entonces era niña. Y jugaba. Pero hoy la fuente es una clepsidra y permanece aún allí, de pie, sin saber qué aguarda tras la puerta.
Se verán obligados a perdonar esta burda alegoría, pues no dispongo de otras huellas con las que simbolizar lo que de Miguel se ha augurado y con razón: “Un poeta al que se vuelve una y otra vez por su peculiar construcción del sentido y la escritura”[1]. Más afortunado si cabe, como símbolo creado por el propio poeta, sería la pirámide de Atentado celeste[2], porque, si bien se erige en símbolo axial y de tránsito, no es menos cierto que representa todo aquello que alberga, que contiene. Tumba del oculto sentido, como la semilla enterrada que espera. Como todo misterio. Afortunadamente, Francisco Rincón Ríos ha acudido hoy para limarnos la desazón y para participar de nuestro asombro, ya que logró distinguir en el poeta tanto el ejercicio oracular como la voz profética, recordándonos que, en el caso de Miguel Fernández, “la poesía es lo que se descubre”.
Doctor en Filosofía y Letras y licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Francisco Rincón ejerce como Catedrático de Lengua y Literatura. Asimismo, ha sido vicepresidente de la Sociedad Nacional de Didáctica de las Lenguas y su entrega a la animación lectora le ha conducido a ser director-coordinador del Proyecto ELE de dinamización de la lectura (del que fue, además, creador), del proyecto PLOC de Cornellá, del Proyecto ALA y del grupo de trabajo de la UAB con la finalidad de desarrollar estrategias de animación a la lectura. Por otra parte, diremos con rigor que abruma su colaboración con distintas editoriales y revistas académicas (miembro de redacción de la revista Lenguaje y Textos y director de la revista Galeradas). Ha coordinado (y coordina) la colección Literatura y Didáctica de la editorial Plural, al Equipo de Producción de Materiales Curriculares de Lengua y Literatura del MEC y la colección de Literatura y Didáctica de la editorial Octaedro.
Consciente del papel de mediador que debería cumplir todo docente, quien ha de provocar imaginarios en sus alumnos, así como del origen lúdico de la cultura, siguiendo, pues, la estela de Huizinga o de Rodari[3], Francisco Rincón ha dedicado sus esfuerzos al fomento de la lectura, a la didáctica de la lengua y la literatura y a los talleres literarios. Todos ellos no menores misterios para quienes intentamos cada día invitar a nuestros jóvenes a adentrarse en el laberinto. Este esfuerzo –decíamos- sólo puede explicar la abundancia de trabajos como los ubicados en la revista Cuadernos de pedagogía:
"Tres críticas y una apuesta en la clase de literatura en el BUP" (noviembre de l98l, pp. 33‑37); "Un taller de novelas"(abril de l982, pp. 47‑5l); "Un taller de poesía" (mayo de l982, pp. 42‑45); "El taller de teatro en el BUP" (septiembre de l982, pp. 53‑56); "Primero de BUP: La lengua al servicio de la lengua" (octubre de l983, pp. 29‑3l); "La información literaria en el bachillerato" (febrero de l985); "Otra programación” (septiembre de l985, pp. 34‑36); "Una didáctica del Amor" (abril 1988, pp. 42‑43); “Secundaria: el taller literario” (1991, ejemplar dedicado a Didáctica de la Lengua y la Literatura, pp. 141-153).
Esta inquietud, esta búsqueda constante se reafirma asimismo en su exhaustiva colaboración en otras revistas académicas, congresos, jornadas y obras colectivas:
"Relato descaradamente apasionado de una experiencia pedagógica", El viejo Topo, enero de l982, p. 68; "El taller de literatura en segundo de BUP.", Actas del tercer simposio para profesores de lengua y literatura española en bachillerato, Oviedo, l982, pp. 208‑2l9; "Del cómic al llibre pasant por la escola", Papers de Joventud, junio de l983, pp. 36‑38; "Los talleres literarios", Innovación en la enseñanza de la lengua y la literatura, Actas del simposiu de innovación en la enseñanza de lengua y literatura, ed. MEC, l987, pp. 3l5‑32l; “Lectura y creatividad", Atiza, nº 2l‑22, Actas del tercer encuentro de animadores del libro infantil, Guadalajara, junio de l987, pp. l04‑ll5; "El taller de poesía", Memorias de las terceras jornadas sobre literatura infantil y juvenil, junio de l988, Zaragoza; "La lengua y la literatura en la Enseñanza Secundaria", Revista interuniversitaria de Formación del profesorado, nº 18, septiembre, 1993, pp. 103-116; “La enseñanza de la literatura en la última década”, en A. Osoro Hernández y Carlos Lomas (coord.), El enfoque comunicativo de la enseñanza de la lengua, 1994, pp. 223-234; “¿Didáctica de la historia de la literatura?”, en P. Guerrero Ruiz y Amando López Valero (coord.), Aspectos de didáctica de la lengua y la literatura. Actas del III Congreso Internacional de la Sociedad española de didáctica de la lengua y la literatura (vol. 2), 1995, pp. 911-914…
Sin olvidarnos de los numerosos libros –más de cuarenta- publicados a lo largo de los años:
Los talleres literarios: una alternativa didáctica al historicismo, Montesinos, Barcelona, l985; Propuestas creativas para temas del siglo de oro y siglo XIX, PPU, l984; El taller de la novela, Teide, l987; El alfar de poesía, Teide, l987; La fábrica del teatro, Teide, l987; Enseñar literatura: certezas e incertidumbres para un cambio, Laia, Barcelona, 1987; Manual del cuenta cuentos, Teide, l988; Metodología activa, Acción educativa. Madrid, 1987; Para qué vale la literatura ICE, l988; El libro de los acentos, ed. Octaedro, Barcelona, 1992; Didáctica de la literatura española en la enseñanza media: desde la posguerra, UAB, Barcelona, 1992; Mágina I, (ESO.),ed Octaedro, Barcelona, 1993; Mágina II (ESO) ed. Octaedro, Barcelona,1994; Mágina III, (ESO), ed. Octaedro, Barcelona, l995; Mágina IV, (ESO), ed. Octaedro, Barcelona. l995; Quaderns de lectura Arc de san martí, ed. Ice UAB, Barcelona, 2001; y, en 2007, publica Estilo, versificación y didáctica en el Cantar de Mio Cid, tercer volumen de la colección titulada Tras la huella del Cid, Correo del Maestro y Ediciones La Vasija, México, 2006.
Y, sobre todo, Miguel. A quien hace treinta años intentó comprender, encontrar la poesía de Miguel para terminar rastreando a Miguel en su poesía[4]. He aquí sus propias huellas: "La palabra esencial de Miguel Fernández", Estafeta literaria, diciembre de l975, pp. l4‑l5; "Eros y anteros, un ejercicio informal de poesía", Retalls, nº 2, mayo de l976, pp. 46-54; su trabajo de investigación La poesía de M. Fernández, ed. Bello, Valencia, l978; “El ars poética de Miguel Fernández (evocación en modulema)”, Aldaba. Miguel Fernández (In Memoriam), nº 23, 1994, pp. 141-153, ejemplar dedicado al poeta, como sabemos.
Al comenzar, quise compartir con todos ustedes mi torpe parábola no únicamente acerca de la búsqueda del sentido en la poética de Miguel Fernández, sino también de la sospechosa imposibilidad de dicha empresa. No en vano, convendrán en que quizás sólo se trate del relato de una frustración. De un interminable intento que nunca prospera. Sin embargo, no se aflijan: yo les invito esta tarde colmada de sacras quimeras, de urbanos vergeles y de sinceras efigies, a descalzarnos una vez más y jugar alrededor de la fuente. Porque hoy quizás podamos desvelar y descubrir a Miguel de la mano de Francisco Rincón Ríos.
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[1] J. L. Fernández de la Torre, “Introducción”, Aldaba. Miguel Fernández (In Memoriam), nº 23, 1994, p. 10.
[2] “Construcción de las pirámides”, Atentado celeste, p. 266.
[3] J. Huizinga, Homo ludens, Emecé editores, Barcelona, 1968; G. Rodari, Gramática de la fantasía, Argos Vergara, Barcelona, 1984.
[4] F. Rincón Ríos, art.cit., p. 115.